En un hecho que ha encendido las alarmas sobre la seguridad en las vías del suroccidente colombiano, el alcalde del municipio de Buenos Aires, Cauca, Pablo César Peña, fue víctima de un violento asalto armado mientras se desplazaba por la vía Panamericana, en el sector conocido como El Túnel, entre los municipios de Cajibío y Piendamó.
Según información preliminar, el mandatario local se movilizaba en la camioneta oficial cuando fue interceptado por un grupo de al menos ocho hombres fuertemente armados, quienes habían instalado un retén ilegal en plena carretera nacional. Los delincuentes, que portaban armas largas y vestían prendas similares a las de uso militar, obligaron al conductor a detenerse y procedieron a despojar al alcalde del vehículo institucional.
Aunque por fortuna el alcalde Peña no resultó herido, el hecho ha generado profunda preocupación entre las autoridades regionales y la ciudadanía. La vía Panamericana, considerada una arteria vital para la conectividad del suroccidente del país, ha sido escenario recurrente de bloqueos, asaltos y presencia de grupos armados ilegales, lo que pone en evidencia la fragilidad de la seguridad en esta zona estratégica.
El gobernador del Cauca, Elías Larrahondo, rechazó enérgicamente el ataque y exigió al Gobierno Nacional el fortalecimiento de la presencia militar y policial en los corredores viales del departamento. “No es posible que ni siquiera los mandatarios locales puedan transitar con garantías por nuestras carreteras. Esto es un síntoma grave del deterioro del orden público”, declaró.
Por su parte, la Policía y el Ejército desplegaron un operativo conjunto para dar con el paradero de los responsables y recuperar el vehículo oficial. Sin embargo, hasta el momento no se han reportado capturas ni hallazgos.
Este nuevo episodio de violencia se suma a una serie de hechos que han venido afectando a líderes sociales, funcionarios públicos y comunidades enteras en el norte del Cauca, una región históricamente golpeada por el conflicto armado, el narcotráfico y la presencia de disidencias de las FARC y otros grupos armados organizados.
La comunidad exige respuestas contundentes y acciones inmediatas. Mientras tanto, el alcalde Peña, visiblemente afectado, ha reiterado su compromiso con la defensa de la institucionalidad y la seguridad de su municipio, aunque reconoció que el panorama es cada vez más complejo.
Este asalto no solo representa una afrenta directa contra una autoridad elegida democráticamente, sino que también refleja el desafío persistente que enfrenta el Estado colombiano para garantizar el control territorial y la protección de sus ciudadanos en zonas de alta conflictividad
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