En un operativo sin precedentes en el sur del país, la Fuerza Pública propinó un contundente golpe a las economías ilícitas que operan bajo el manto de la minería ilegal. El pasado martes, en el municipio de Pitalito, Huila, unidades del Ejército Nacional y la Policía Nacional incautaron 42 kilogramos de oro, cuyo valor comercial supera los 20.500 millones de pesos. El cargamento era transportado por dos individuos que fueron capturados en flagrancia mientras intentaban movilizar el metal precioso por vías secundarias del departamento.
Según información preliminar, el oro incautado pertenecería al cartel de alias “Araña”, una estructura criminal que ha venido expandiendo sus tentáculos en zonas estratégicas del sur colombiano, aprovechando la debilidad institucional en áreas rurales para explotar recursos naturales de forma ilegal. Las autoridades señalan que esta organización no solo se dedica a la extracción ilícita de minerales, sino que también estaría vinculada con el lavado de activos, tráfico de armas y financiación de grupos armados.
El Ministerio de Defensa calificó el decomiso como “un golpe certero a las finanzas del crimen organizado”, destacando que este tipo de operaciones no solo afectan el músculo económico de las mafias, sino que también contribuyen a la protección del medio ambiente, severamente impactado por prácticas mineras sin control ni regulación. “La minería ilegal es una de las principales fuentes de contaminación de nuestros ríos y suelos. Este oro no solo representa riqueza mal habida, sino también destrucción ambiental y sufrimiento comunitario”, señaló el ministro en rueda de prensa.
La operación fue resultado de labores de inteligencia y seguimiento que se venían desarrollando desde hace varios meses, en coordinación con la Fiscalía General de la Nación. Los capturados fueron puestos a disposición de las autoridades judiciales y enfrentan cargos por concierto para delinquir, lavado de activos y explotación ilícita de yacimientos mineros.
Este hecho reaviva el debate sobre la urgencia de fortalecer la presencia estatal en territorios vulnerables y de implementar políticas efectivas para combatir la minería ilegal, que en Colombia representa una amenaza creciente para la seguridad, la economía formal y el equilibrio ecológico.
La incautación de los 42 kilos de oro en Pitalito no solo marca un hito en la lucha contra el crimen organizado, sino que también envía un mensaje claro: el Estado está decidido a recuperar el control de sus recursos naturales y a cerrar el cerco sobre quienes lucran con la destrucción del país.
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